sábado, 20 de abril de 2013

Cap. 121°: "No sabía"



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"Estoy tan decepcionado".


(Chicas, acuérdense que Justin estaba narrando).

—No digas tonterías.
—¿Y quién te asegura que no?

Un teléfono sonó.

—Creo que te agradaría ver esto —dijo Ryan sonriente.
—¿A mí?
—Sí.
—¿Qué cosa? —le pregunté.

La verdad es que el corazón estaba que me latía desesperadamente, realmente estaba ansioso de lo que me tenía que mostrar, porque sabía que podía ser algo que me alegre, como algo que odie.

—Bueno, ¿y qué opinas? —me preguntó con una sonrisa en el rostro, como quien dice “bueno, yo te lo dije”.

Era un álbum de fotos en el cual había sido etiquetada ________(tu nombre) y aparecía con sus amigas bailando y también con algunos amigos de la misma manera en la cual yo estaba bailando con esa chica —según lo que me contaron—, y bueno no pude evitar sentir un poco de enojo al ver esa imagen. Me sentía un poco molesto, decepcionado —aunque no entiendo porque, pues no debería— y hasta tal vez engañado. Indudablemente sentía como un nudo en la garganta y un dolor en el pecho, eso que sientes cuando realmente te duele algo, pero no tenía ganas de llorar, sólo me dolía demasiado.

—Ah, bueno —sólo dije eso.
—¿Y no te sientes engañado? —me preguntó Ryan.
—Me da igual.
—¿En serio? —me miró Chaz detenidamente—, ¿cómo no te va a importar si unos segundos atrás estabas que te morías en vida por todo lo que había pasado?
—Porque o sea, ¿no es obvio? —los miré—, si realmente le importara no me molestaría tanto finalmente ella hizo lo mismo y ¿saben? Finalmente no somos nada.

Y cuando dije eso el dolor del pecho fue un poco más fuerte, pero supuse que era por la emoción, pero yo estaba muy calmado, muy sereno, como si nada hubiera sucedido.

Los dos me miraron sorprendidos y la verdad es que yo también estaba sorprendido de mis propias palabras, de mi forma de actuar, pero es que realmente no me parecía correcto lo que estaba haciendo y sí sé que debería de entenderla porque hay factores de por medio, pero yo también existía y me sentía mal, y yo realmente no sé, seguramente estaba hablando porque estaba enojado y decepcionado, todo junto, pero sé que lo que sentía por ella era suficientemente fuerte y que en unas horas se me olvidaría por completo.

—¿No era que te habías enamorado y no sé qué tantas cosas? —me preguntó Chaz.
—Sí, pero estoy decepcionado… es sólo eso —fui un poco cortante.
—Déjalo —le dijo Ryan— debes de entenderlo.
—Pero tú estás básicamente que te ríes en mi cara —le dije.
—Sí, pero te entiendo.
—Disculpa, pero ¿tú lo vas a entender? —dijo Chaz con una expresión de sarcasmo increíble.
—Sí.
—Oye, ¡tú cambias de chica cada semana! ¿Cada semana? Perdón, cada semana vas con 5.

Ryan sólo se rió de él, pero luego se puso un poco serio y trato de aparentarlo.

—Pero ¿y? Eso no significa que no pueda entenderlo.
—¿Cómo vas a entender algo que no has sentido? —cuestionó un poco confuso.
—¿Y quién te asegura  que no lo he sentido?

Yo pensé que él iba a comenzar a reírse, pero la verdad es que yo sólo lo observaba un poco sorprendido, siendo realistas… ¿Cuánto es lo máximo que ha durado Ryan con sólo una chica? Sería cuestión de minutos, y bueno haciendo una exageración casi imposible un par de días, pero me refiero a sólo con una, sin tener dos más que estén cuando se vaya.

—¡Tú! —dijimos los dos en unísono.

Él sólo nos dio una sonrisa un poco nerviosa, como escondiendo algo, pero no le presté tanta atención.

—Bueno, como decía… —nos dijo Ryan—, está bien. Sí te entiendo, pero vas a ver que todo va a pasar y al final se van a estar buscando.
—Ella no me va a buscar —dije yo e hice una pequeña pausa— y yo tampoco.
—¿Tú tampoco? —me miraron los dos casi riéndose.
—Eso espero —pensé en voz alta.

Siendo realistas estoy decepcionado y yo no me decepciono casi nunca, pero siento de que ella me está reclamando algo a mí injustamente, en fin, está lejos. Y bueno como dicen “muchas cosas pueden suceder en un mes”, no sé hasta qué punto y no lo digo tanto por mí, sino más por ella.

—¿Estás enojado?
—Ya dije que no.
—¿Y entonces no le piensas decir que por qué no te avisó? —básicamente Chaz me estaba alentando a pelearme.
—No, porque yo no soy nadie para pedirle explicaciones tal y como yo no soy quién para dárselas a ella.

Sí sé que estaba hablando enojado y que todo cambiaría después de unas horas, pero ¿si todo va a comenzar así? Me da miedo pensar en cómo podría terminar.

—¿Y has hablado con Christian? —me preguntó Chaz.
—¿Yo que tendría que hablar con él?
—No sé, pregunto.

Me pareció raro, pero no le tomé importancia. Creo que no podríamos ser amigos por varias razones y más aún cuando yo estuve saliendo con ________(tu nombre) últimamente, pero creo que no hice algo tan malo, pues finalmente no éramos amigos y claro “debía de guardarle respeto a la amistad que teníamos”, pero la verdad es que uno decide en estas cosas.

—Oye, Verónica siempre me habla —exclamó Ryan para cambiar un poco de tema.
—¿Veronica? —cuestioné yo.
—Sí, la mejor amiga de ______(tu nombre) —respondió.
—Aaaah, ella —dije acordándome—, pensé que hablabas de otra Veronica.
—¿Qué otra Veronica conoces?
—¡Conozco a demasiadas Veronicas como para mencionarlas una por una!

Ryan me miró como dándome la razón, pero no dijo nada.

—¿Y qué te dice? —le preguntó Chaz—, es linda.
—¿Linda? —cuestionó él y lo miró como diciendo “es demasiado horrible”.
—Sí —me metí—, no es fea.
—Pero a mí no me parece tan simpática que digamos…
—Es linda, es buena gente, es chistosa —agregó Chaz.
—Sí, por eso cuando la vez ni la saludas.
—¿Cuándo la he visto? —preguntó.
—Ayer estaba en la fiesta.
—¿Y tú no la saludaste? —le pregunté a Ryan como diciendo “¿qué tanto hablas que ni tú lo hiciste?”
—No, ¿por qué lo haría? Estaba ocupado con otras chicas.
—Pero si siempre te habla debiste de hacerlo por educación.
—Pero estaba ocupado, aparte ella pudo hacerlo porque pasó como 20 veces en frente mío. Lo más normal es que lo hubiera hecho ella.
—Pero por educación pudiste hacerlo tú —le repetí una vez más.
—Pero bueno, finalmente dime. ¿Cómo sabes que es tan buena gente si ni siquiera han hablado? —le preguntó Ryan a Chaz.
—Porque hemos tratado dos veces creo, acá en la casa. Pero realmente después no he tratado con ella, pero me parece una chica educada, agradable.
—¡Ay! —exclamó un poco molesto—, ¿ves? Yo pensé que eran amigos y todo eso, pero ahora me doy cuenta que es una sencilla impresión, pero a mí siempre me habla, todos los días, creo que yo nunca le he hablado a ella.
—¿Y te cae espesa?
—¡Sí! Me cae demasiado espesa, o sea por momentos, n ola aguanto, pero también me parece linda.
—Pero dijiste que te parecía fea —interrumpió Chaz.
—O sea una chica linda no es mismo que una chica bonita, una chica linda es alguien simpática y agradable.
—¡Pero no es fea! —insistí una vez más— es mucho más bonita que un montón de las chicas con las que te metes.
—Bueno, “sobre gustos y colores no han escrito los autores” —agregó Ryan—, pero en fin, me parece linda y me gusta que me hable porque es interesante hablarle, pero me molesta que me hable siempre, porque como le tengo que contestar a ella también le tengo que cont4estar a un montón de chicas más y parece que ella no entiende eso.
—¿Pero acaso se lo has dicho? —le pregunté yo.
—No, obvio que no le voy a decir que no me hable porque me agrada y ella lo puede tomar a mal y la puedo hacer sentir un poco incómoda, pero o sea a lo que me refiero…
—Entonces cómo piensas que ella va a saber todo esto —lo interrumpí.
—Pero —me interrumpió él— es lo más normal, ¿no? O sea por poner un ejemplo, ¿acaso tú le hablabas a Selena todo el día?
—No, porque siempre paraba ocupada —lo interrumpí.
—¿Pueden dejar de interrumpirse? —intervino Chaz.

Los dos decidimos ignorarlos.

—Ya bueno, entonces imagínate. ¿Acaso tú le hablas a _______(tu nombre) todo el día? No, porque no la quieres molestar porque sabes que ella está haciendo sus cosas y piensas que debe de estar ocupada, ¿no?
—Bueno, yo ya no pienso hablar con ella —contesté seco.
—¡Cállate! Sólo deja de interrumpir mis ejemplos por favor —me pidió Ryan— acéptalos y ya.
—Yaya, el punto es de que yo no haría lo que hace Veronica, pero tampoco la ignoraría.
—¿Cómo no la vas a ignorar si te habla todo el día? —cuestioné— porque aburre. Como ya te dije, cae espesa.

Nos pusimos a hablar un buen rato de Veronica, claro Ryan era él que más hablaba, y por un momento traté de olvidar mis problemas, pero estábamos hablando de su mejor amiga. ¡Su mejor amiga! Era inevitable pensar en ella aunque sea un segundo, pero sí de los problemas que habían.

—Oye, ¿y Caitlin? —preguntó Ryan, pero a ninguno en especial, fue una pregunta al aire.
—En su casa —respondí.

Ryan y Chaz me miraron, no entendía por qué, como si hubiera dicho algo malo.

—¿Qué tienen?
—No te preguntaba a ti —me dijo a Ryan.
—¿Sino? —cuestioné— ¿por qué le preguntarías a Chaz si ella ha sido mi novia?

Chaz se quedó helado y estaba rojo y Ryan sólo estaba riéndose.

—¿Qué les pasa? —pregunté extrañado—, ¿por qué tú estás rojo y él riéndose?

Fin de la narración.

Narra Chaz:

Yo pensé que Justin sabía, hasta creo que hemos hablado de eso en alguna situación, pero parece que el problema lo ha afectado demasiado porque está “volado”, pensando en cualquier cosa y bueno más aún con lo que pasó ayer, no pude evitar sonrojarme.

—¿No lo sabías? —preguntó Ryan— hasta lo hemos dicho en algunas ocasiones frente tuyo.
—¿Saber qué? —preguntó sin tener la mínima idea de qué hablábamos.
—Nada —dije inmediatamente.

Si es que se olvidó creo que es mejor que no lo sepa porque se podría enojar porque nosotros hemos sido amigos desde pequeños y ellos estuvieron un montón de tiempo.

—¡Díganme! —exclamó un poco exasperado.
—Chaz y Caitlin tienen algo —dijo inmediatamente Chaz mirándome.
—¿QUÉ? —exclamó él sorprendido y enojado.
—Sí sabías, no te hagas el idiota —dijo Ryan.

Yo en ese momento me quedé helado, yo estaba más que seguro que él sabía cómo eran las cosas, pero no sé si lo estaba haciendo por molestar o se estaba haciendo el chistoso, pero él era mi mejor amigo o bueno uno de mis mejores amigos y lo conozco desde hace mucho tiempo y realmente no estaba dispuesto a perderlo sólo por una chica.

—Te juro que no sabía.
—Y si supieras lo que ocurrió anoche no sé cómo te pondrías —agregó Ryan.
—¡Cállate! —exclamé un poco desesperado.
—¿Qué tienes? —preguntó Justin un poco molesto— ¿por qué no quieres que me diga lo que pasó anoche?

Yo no dije nada, sólo me quedé mirando a Ryan como si eso evitaría que dijera algo.

—¿Por qué tan nervioso? —preguntó Ryan matándose de la risa.
—Dímelo de una vez —exigió Justin.
—Pues… 

domingo, 14 de abril de 2013

Cap. 120°: "Prefiero creer que no"


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—Pero yo no quiero estar con Gianfranco —dije como una niña caprichosa y casi llorando. En pleno, berrinche.
—Pero no es que no quieras —me dijo Ximena—, no por ti va a dejar de venir.
—Pues, debería hacerlo porque luego se crea falsas ilusiones y estupideces.
—Pero tú tampoco le des bola —me dijo Alyssa.

Muchos “peros”.

—Pero si me habla tampoco puedo ignorarlo completamente.
—¿Ignorar a quién?

Preguntaron detrás de mí, poniéndome una mano helada en el hombro, haciéndome temblar. Realmente me asusté, pero más me asusté por quién era.

Alyssa comenzó a matar de la risa, yo realmente quería matarla a ella. Estaba completamente fría. Ximena sólo se limitó a sonreír un poco con cierta burla.

—A nadie —finalmente contestó Ximena.
—Oh bueno —dijo él un poco desconcertado por las expresiones en nuestros rostros.

Fue a saludarnos a una por una, con un beso en la mejilla, pero me saludó al final a mí.

—¿Cómo han estado? —nos preguntó.
—Bien —contestamos todas.

Ellos se pusieron a hablar de varias cosas y yo de vez en cuando decía una que otra cosa que Gianfranco me decía, pero a la que más le hablaba, era a mí. Ellas se dieron cuenta y de vez en cuando me dedicaban unas miradas que decían demasiado y me molestaba pues seguramente él se daría cuenta y después de lo de anoche, prefería que no se pusiera a pensar otras cosas.

—¿Quieren helados? —preguntó Gianfranco.
—¡Sí! —contestaron Alyssa y Ximena.
—¿Y tú ______(tu nombre)?
—No gracias, Gian —le contesté—, ya comí uno antes de venir.

Sólo lo llamé así porque había sido muy mala con él antes, pues yo no era de esas personas que le gustaba llamar a las personas por sus “apodos”, aunque sólo era acortarle el nombre, pero no me agradaba.

—Bueno, ¿entonces me acompañas a comprarlo? —me preguntó con una sonrisa enfrente de mis amigas.

Yo realmente me sentía incómoda, porque tampoco quería decirle “no” y ser tan espesa con él, pero básicamente no me daba más opción que decirle sí y mis amigas me miraban como diciéndome “¿qué esperas? ¡Dile de una buena vez que sí! ¿No te da pena?”.

—Ok, vamos… —dije.

Él sólo me sonrió y Alyssa y Ximena estaban haciendo mil caras para molestarme,            quería irme.

—No deberíamos de molestarla tanto —le dijo Ximena a Alyssa.
—Pues sí, pero mira cómo se pone… —se rió—, extrañaba verla así.

Ellas pensaron que no escuchaba, pero estábamos tan cerca que seguro hasta Gianfranco lo escuchó y seguramente ya se estaba haciendo miles de ideas en la cabeza. Yo lo conozco lo suficiente como para decir eso. Él tiene algo conmigo: se ilusiona al menos una vez cada año y me dices un montón de cosas, las cuales yo ignoro totalmente.

—¿Y cómo has estado? —me preguntó.
—Bien, tranquila —le dije y le sonreí.
—Ahhh —dijo un poco desanimado por la respuesta que le di e hizo una pausa—, ¿y cómo están las cosas en Atlanta?
—Bien —le respondí—, ahora está haciendo frío porque es invierno, pero está todo bien.
—¿Y el colegio?
—Bien, también, es fácil.
—¡Qué bueno! —me sonrió—. ¿Cómo está Veronica?
—Está bien —le dije— sigue igual que siempre, aunque tal vez un poquito más centrada.

Le dije eso último riendo. No sé, no quería ser tan seca con él, pero es que hay algunas personas con las que sencillamente soy así y no puedo hacer nada al respecto.

—¿Y tú como has estado?  —me animé a preguntarle.
—Bien también —me miró y me sonrió—, creo que ya te lo dije o no, pero las cosas no han sido lo mismo sin ti, haces falta. Se siente un vacío sin ti en el salón.

¿Ven? A eso me refería. Les doy mi vida que recién pensó eso cuando me vio ayer. Lo puedo asegurar, porque si no, ¿por qué jamás me hablo por Facebook o BBM? Yo que sé. Pudo haberlo hecho, pero no. Típico de él.

—Mmm… bueno sí, cuando alguien se va se siente un vacío —le dije—, pero pienso volver para cuando terminemos el colegio y así me voy de viaje con ustedes y el baile de promoción también.

Eso sería en dos años, pero lo haría. Yo quería eso y sé que si se lo pedía bien a mi mamá lo haría, finalmente creo que no sería cómodo terminar el colegio con personas que no conozco casi nada. Y bueno, ahí las cosas son un poco diferentes a lo que son acá.

—Pero contigo es diferente —dijo casi en un susurro—, aunque bueno —ahora comenzó a hablar en voz más alta— ahora que me dices eso, me siento mejor.

Por un momento comencé a pensar que realmente le había afectado que me haya ido, pero yo sé que él era un “pendejo”, que probablemente lo mismo que me decía a mí, se lo diría a muchas chicas más, y cuando no estaba ilusionado conmigo mi presencia le daba igual, hasta a veces me contestaba mal, así que obviamente no caigo desde hace mucho tiempo.

Sólo me limité a sonreír y me di cuenta que finalmente llegamos.

—Bueno, ¿cuál les llevamos? —me preguntó.
—Ammm… no sé. Elige tú.
—No, tú. Finalmente las conoces más.
—Bueno está bien.

Habíamos elegido los helados favoritos de Alyssa y Ximena. Gianfranco también eligió el suyo.

—¿En serio no vas a querer?
—Ya, está bien.

Finalmente me antojé por uno. Eran esos helados industriales, pero esta marca no existía en Estados Unidos y sencillamente me encantaba, eran por muchooo más ricos que los de allá y así llegara hecha una vaca allá, no me importaba, finalmente, también he extrañado la comida.

—Gracias —le dije sonriendo, al ver que él pagó todo.
—No tienes de qué —me sonrió también.

Bueno, debo de admitir que me gustaba su sonrisa, tampoco voy a decir que me volvía loca y moría por ella, pero sencillamente era agradable.

Mientras íbamos caminando hacia donde estaban Alyssa y Ximena me di cuenta que me observaba demasiado, yo sólo lo miraba cuando le contestaba, pero él no, hasta en esos momentos de “silencio incómodo”, él me seguía mirando.

—¿Dónde están? —dije al ver que ellas no estaban donde las habíamos dejado.
—Mmm… —comenzó a mirar alrededor—, creo que está en el mar.
—¿En el mar? —cuestioné un poco molesta.

En ese momento quería matarlas porque sólo querían que me fuera con él para hacerme esto, debí de pensarlo. Pero bueno, era de esperarse.

—Ya fue —le dije—, que mueran con sus helados.
—¡Ay! —comenzó a reírse— que inmadura sonaste.
—Lo siento, pero es que estoy molesta, porque con este calor todavía…

Me detuve en ese momento, pues estaba a punto de decir una tontería de la que luego me arrepentiría y haría sentir mal a Gianfranco.

—Todavía me hacen caminar todo eso —le dije para tratar de arreglarlo, aunque seguramente se dio cuenta, no creo que sea tan tonto.
—Bueno, sí, estaba haciendo más calor.
—¿En serio?
—Sí, ya no tanto.
—Pero recién ha comenzado el verano —dije.
—Oh bueno sí.

Seguramente se dio cuenta la idiotez que acababa de decir, pues me miraba desconcertado, pero yo tampoco dije nada más y me puse a comer mi helado.

Fin de la narración.

(En Atlanta)

Narra Justin:

—Y ya bueno, eso ocurrió —resumí triste.
—¿Y qué piensas hacer? —me preguntó Chaz.
—Realmente no lo sé, todo es la culpa de ustedes.

Me encontraba en la casa de Chaz con Ryan y como sus papás no estaban era mejor, aunque yo me sentía mal aún por la resaca. Les había contado todo lo que me había dicho ________(tu nombre) y lo que yo le había dicho.

—Bueno, también tienes que entender que debe estar molesta porque seguramente piensa que has hecho alguna idiotez como lo que ocurrió con Christian —me dijo Ryan—, es cuestión de tiempo.
—Pero yo no soy como Christian. Él es pequeño, inmaduro…
—Pero que haya besado a Paz no lo convierte en inmaduro —interrumpió Chaz—, pues —dijo mirando a Ryan.
—¿Me van a atacar? —preguntó él—   todavía que yo soy quién estoy diciendo las cosas más cuerdas acá.
—Pero no tendrías que estar diciendo todas estas cosas si jamás me hubieran dicho para ir a esa fiesta —les dije—, todo es culpa suya.
—Nosotros no te amenazamos con una pistola para que vayas —dijo Chaz.
—No, pero prácticamente me cargaron hasta la puerta.
—Bueno, tienes un punto a favor —agregó.
—Pero ¿qué preferías? ¿Quedarte todo aburrido lamentando de que se haya ido o divertirte? Porque a mí no me vas a decir que no la pasaste bien.
—Pero por pasarla bien mandé todo a la mierda.
—Qué raro que digas malas palabras —dijo Chaz—, para mí que la experiencia de anoche te cambió por completo.
—No digas idioteces —le dije molesto.
—Pero bueno, ¿quién te asegura que ella no ha hecho algo anoche?
—Porque dudo que vaya a hacer algo la primera noche que llega.
—¿Y si hicieron una fiesta? —agregó Chaz—, tú no sabes. Tú no has estado ahí.

Chaz abrió una nueva posibilidad en mi cabeza y me dio mucho que pensar, pero preferí no decir nada, pero sin embargo, me puse a pensar demasiadas cosas y varias posibilidades se abrieron en mi cabeza, pero preferí no creerlo porque si ella no me habló ayer seguro era porque estaba ocupada aunque no tendría porque hacerlo.

—No digas tonterías.
—¿Y quién te asegura que no?

Un teléfono sonó.

—Creo que te agradaría ver esto —dijo Ryan sonriente.
—¿A mí?
—Sí.
—… 

martes, 2 de abril de 2013

Cap. 119°: "Amistad, no amor"

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Yo me fui en invierno así que no venían a la playa para hacer surf. Claro, siempre había uno que otro que venía, pero casi nadie, era demasiado raro. Bueno, siendo realistas, ¿quién vendría a la playa en invierno? Así tengan wetsuit, pero al menos yo no lo haría.

—Oye, preciosa —escuché una voz detrás de mí que me estremeció. También sentí unas manos que ya conocía, cálidas, alrededor de mi cintura.

Por las caras que vi delante de mí: las de Alyssa y Ximena, ya suponía quién era.

—Alex… —dije, mientras me volteaba.
—Sí —dijo sonriéndome y dándome un beso en la mejilla de manera de saludo— ¿cómo estás?
—Amm… bien —respondí.

Estaba un poco extrañada porque me había llamado “preciosa”, se supone que es mi mejor amigo, debe de hacerme bromas y esas cosas, no llamarme preciosa. No estoy diciendo que esté mal, sólo que fue raro para mí. Es como si Ryan me hubiera dicho “oye preciosa”, probablemente le hubiera volteado la cara de una sola cachetada, pero no lo hice sencillamente porque en algún momento Alex me atrajo, tal vez un poco ahora también, ¿cómo no?

—¿Tú? —le preguntó Ximena, como quien dice “hey, estoy aquí, ah”.
—Hola Xime —dijo y se acercó para darle un beso en la mejilla—, ¿cómo estás? —le preguntó entre carcajadas por su reacción.
—Bien —contestó Alyssa por seguirle el juego a Ximena.
—Hola Alyssa —hizo lo mismo que con Ximena y también se río—, ¿y tú? ¿Cómo estás?
—Bien, gracias —dije para seguirles el juego a ellas.

Alex comenzó a reírse, nosotras también.

—Bueno, ¿vamos? —nos preguntó Alex, aunque mirándome a mí.
—Sí —respondimos en unísono.

Fuimos caminando a la playa, por suerte estaba con sandalias. Alyssa y Ximena estaban yendo adelante mío, es decir, me dejaron atrás y yo me quedé con Alex, pero sin mirarnos, sin ningún tema de conversación.

—¿Cómo has estado? —me preguntó como si no nos hubiéramos visto desde hace tiempo, aunque realmente nos vimos ayer.
—Bien, tranquila, ¿tú?
—Bien también, pero ¿y qué tal Atlanta?
—Bueno… es bonito, sí, hay muchas cosas que hacer, pero no es lo mismo. No tiene punto de comparación, no es lo mismo tratar de integrarse a este punto con algunos desconocidos que han estado juntos prácticamente toda su vida.
—Sí, me imagino… —dijo casi en un suspiro— debe de ser difícil.
—Y sí que lo es, pero tengo un par de amigas. Aparte, Veronica está viviendo ahí, así que siempre estamos juntas porque también vamos al mismo salón.
—¿Veronica? —me preguntó sorprendido—, ¿ya se fue a Atlanta? Pensé que seguía en Los Ángeles.
—No, justo trasladaron a su papá al mismo tiempo en el que yo me iba.
—¡Que bueno! —exclamó él— ¿y cómo ha estado? Hace tiempo que no hablamos.
—Está bien —le dije—, se está acostumbrando mejor que yo, pero supongo que es más fácil para ella, ¿no?
—Bueno, sí pues, sería la segunda vez que se va y ya sabe más o menos como hacer amigas  y acostumbrarse más rápido.
—Ah, o sea que yo no sé cómo hacer amigas —le dije mirándolo a los ojos—, perfecto. Sólo eso quería escuchar.
—No he querido decir eso —me dijo arrepentido.

Yo me fui adelante con mis amigas simulando estar enojada, pero la verdad es que sólo quería molestarlo.

—¿De qué hablan? —les pregunté para incorporarme a la conversación.
—De nada —respondieron las dos al mismo tiempo—, ¿no estabas con Alex?

Fue un poco estúpido que me preguntaran eso pues estábamos prácticamente a 10 cm de ellas y él estaba atrás.

—Y sigue conmigo —dijo, mientras se aparecía delante de mí.

Yo decidí ignorarlo, sólo para ver de qué sería capaz, pero estaba que se ponía delante de mí prácticamente impidiéndome el paso y casi haciéndome tropezar, pero yo di un paso hacia atrás y me fui al centro de mis amigas, pero eso no fue ningún impedimento para que el continuara de hacerlo y realmente estaba comenzando a ser molesto.

—Oye, _______(tu nombre), ¿y Christian? —me preguntó Alyssa.

Yo en ese momento sentí, lo que normalmente sentía cuando me hacían esa pregunta. Bueno, aunque hasta el momento sólo me lo ha preguntado Ximena creo y no me acuerdo quién más. Siento como que algo en el pecho, después siento las mejillas calientes, en general, todo el rostro, como si me indicara que tan roja estoy aunque no podría verme.

—¿Qué tiene? —pregunté como si no entendiera.

De pronto vi la cara de incomodidad de Alex, yo no le he contado nada al respecto, pero me imagino que debió de enterarse, como todas ellas. De hecho que lo sabía, pero no es mi culpa que lo incomode, más bien no es mi culpa que quiera venir a hacerse el gracioso conmigo.

—¿Qué fue con él? ¿Siguen? —me preguntó Alyssa, quien probablemente no sepa lo de Justin, aunque lo dudo demasiado, pues Ximena debió de contarle de todas maneras, para mí que se está haciendo la desentendida.
—No —respondí.

Vi como Alex dejó de estar cabizbajo para mirarme abrir los ojos y después esbozar una sonrisa, y como Alyssa abrió los ojos cual platos, Ximena no, estaba normal, pues ya sabía la historia.

—Parece que alguien se emocionó —dijo Ximena mirando a Alex.
—¿Qué pasó? —dijo Alyssa básicamente ignorando completamente a Ximena.
—Ah nada —le dije, pues no me pondría a contar con detalles todo esto enfrente de Alex, a pesar de que era mi mejor amigo—, sólo que como iba a irme, era mejor dejar las cosas.

Bueno, él se iba. Yo sólo me iba a de vacaciones. Él es quien se va, yo no, pero esa no era la situación. Y una pequeña mentira blanca no iba a matar a nadie, más bien cuando no sabían la verdad.

—¿Irte? —cuestionó Alex, como guardando una esperanza.
—Sí, de vacaciones, pues.
—Aaaaah.

Creo que el tema lo incomodó un poco, pues dejó de fastidiarme y apenas lo llamaron desde la orilla se fue corriendo sin decir una palabra.

—Creo que le afectó lo de Christian —comentó Alyssa.
—Me da igual —contesté—, sólo somos mejores amigos, no entiendo porque tendría que afectarle.
—Sabes perfectamente que le gustas —me dijo.
—No tienes que ser tan indiferente —agregó Ximena.
—Christian era mi mejor amigo —le dije—, pero tuvimos una relación y malogró absolutamente todo. No me gustaría que pase lo mismo con Alex, que le guste todo lo que quiera, pero yo no pienso dañar mi relación con él.

“Y tampoco quiero olvidar tan rápido a Justin”, una parte mía pensó eso, pero la otra casi la mata por decir tremenda idiotez. Pero yo sé que sólo quiero estar sola, o al menos es lo que quiero pensar, no digo que me obligo, pero quiero hacerlo.

—¿Christian era tu mejor amigo? —preguntó Ximena, un poco sorprendida.
—Era mi mejor amigo de Atlanta, porque siempre estaba conmigo, era como un hermano. Pero tuve que hacerle caso a él y a mis dichosos “sentimientos”, aunque ahora que lo pienso, sólo fue atracción.
—¿Y él no te quiere  acaso? —cuestionó Alyssa.

Yo casi me río ante eso, pero ya tendría tiempo para explicarle. Así que me aguante la risa y decidí contestarle:

—No lo sé. Sería cuestión de preguntarle, pero en lo que a mí respecta es que yo no —respondí.
—¡No seas tan seca! —exclamó Alyssa casi reclamándome.
—Ni tan mala —agregó Ximena, a quien luego vi con una cara de pocos amigos, haciendo básicamente que luego se retracte de haber dicho eso.
—Digan lo que quieran —les dije—, prefiero mil veces su amistad antes que algo más con él. Mil veces. Dos mil, pero no arruinaría mi amistad  por algo que siente temporalmente  y que con el tiempo se irá.

Ninguna de las dos quiso seguir con el tema, así que fuimos hacia la playa. Alyssa le quitó la toalla que había dejado tirada a Alex para que nos sentáramos.

Hacía demasiado calor y ni siquiera tenía bloqueador, estaba casi segura que después de esto iba a terminar negra, pero se sentía bien, aunque teniendo el mar tan cerca me daban ganas de ir corriendo y meterme, pero ni siquiera tenía ropa de baño y estaba más que segura que nadie me acompañaría, aparte que ya era un poco tarde.

—Oye —le dije a Alyssa.
—Dime.
—La verdad es que no estoy con Christian porque besó a Paz, o bueno él dice que ella lo besó, pero el punto es que ocurrió y yo no estoy para aguantar estupideces de nadie. Así que decidí dejar las cosas ahí, después salí con Justin y me agradó estar con él. Luego, antes de irme, Christian fue a buscarme y decirme que se iba a ir Los Ángeles a vivir y bueno, ayer Justin fue a una fiesta y se emborrachó hasta las últimas consecuencias y se puso a bailar con unas chicas muy pegados, incluso había una foto en la que parecía que estuvieran a punto de besarse.

Le resumí todo de una manera rápida de modo que no le diera ni un momento para interrumpirme, para que hablara y me malograra por completo la historia. No quería dar más explicaciones del tema, pero como era una de mis mejores amigas, tenía que saberlo. No me sentiría bien ocultándose, aparte que a Ximena se le podría escapar y luego ella se ofendería.

—Ah, pero una cosa —le dije.
—¿Ah? Dime.

Se había quedado con los ojos abiertos, estaba estupefacta.

—No le digas nada de esto a Alex, no quiero que sepa porque sencillamente está raro conmigo y con todo lo que ustedes están diciendo que le gusto, prefiero que no lo sepa.
—Está bien —me dijo ella.
—Tú tampoco Ximena.
—Ok.

Ahora me sentía más tranquila, y mientras ella hablaba con Ximena, yo decidí ver como corrían olas. Yo aprendí, me gustó y me enganché con eso, pero hace mucho tiempo que no lo hacía y realmente había perdido el interés con todo lo que había ocurrido, pero ahora que lo veo, algo me dice que vendré a hacerlo todos los días y bueno como Alex viene, supongo que será más divertido porque al menos no estaré sola, como solía estarlo cuando recién empecé.

—Mañana vendré a hacer surf con ellos —les dije para que dejaran de cuchichear.
—¿Ellos? —cuestionó Ximena—, suenan muchas personas.
—Justo vienen Alex y Gianfranco.
—Interesaaante —dije un poco perpleja.

La verdad es que la presencia de Gianfranco sí me molesta, porque nunca fue una de esas personas que más adoré y más me encantó. Estar con Alex es divertido, siempre me hace reír y más bien sería una oportunidad para poder hablar a solas de las cosas porque realmente no quiero perder su amistad.

—Pero yo no quiero estar con Gianfranco —dije como una niña caprichosa y casi llorando. En pleno, berrinche.
—Pero no es que no quieras —me dijo Ximena—, no por ti va a dejar de venir.
—Pues, debería hacerlo porque luego se crea falsas ilusiones y estupideces.
—Pero tú tampoco le des bola —me dijo Alyssa.

Muchos “peros”.

—Pero si me habla tampoco puedo ignorarlo completamente.
—¿Ignorar a quién?

Preguntaron detrás de mí, poniéndome una mano helada en el hombro, haciéndome temblar. Realmente me asusté, pero más me asusté por quién era.

—…